Pyme tucumana transforma residuos orgánicos en abono, ¿cómo lo hace?
La firma Cersein SRL fue fundada en 2016 por Luis Rodolfo Cebe como transportadora de residuos para la industria del limón y la caña de azúcar en Lules, provincia de Tucumán.
Hace tres años, con una inversión de $ 400.000, la compañía comenzó a producir abono y compost a partir de estos desechos orgánicos y hoy tiene un proyecto de reforestación e instalación de un vivero de plantas nativas.
“Mi padre arrancó la empresa ofreciendo la recolección diferenciada de residuos orgánicos, con un par de camiones contratados. Luego la empresa fue creciendo, hoy contamos con tres camiones propios y cuatro contratados. Las firmas clientes también fueron demandando otros servicios, como un certificado de disposición final”, cuenta Patricio Cebe, hijo del fundador y a cargo de la gestión comercial de esta pyme familiar con 20 empleados, en la que también trabaja su hermana Valentina, quien es contadora.
“Así empezamos a desarrollar, con el asesoramiento de técnicos y científicos locales, un tratamiento para producir compost y abono a partir de los desechos orgánicos”, cuenta Patricio. Por este proyecto, obtuvo este año el premio CAME Joven a empresarios sub-35 en la categoría Sustentabilidad.
La firma también ofrece un servicio de recolección y disposición final de residuos para empresas de construcción y minería. Y cuenta con dos predios de tratamiento propio: uno de 9 hectáreas en Lules para tratamientos verdes y una cantera de 4 hectáreas en Banda del Río Salí para escombros y desechos mineros.
Del problema a la solución
Abogado de profesión, Patricio Cebe comenzó a involucrarse en la temática ambiental a partir de las quemas y los problemas de contaminación en su ciudad.
La producción de limón y caña de azúcar son las actividades económicas centrales del municipio de Lules, a unos 30 kilómetros de San Miguel de Tucumán. Sin embargo, el mal manejo de los residuos de estas cosechas generan un enorme impacto en el ecosistema. Muchas empresas aún queman sus residuos post cosecha -provocando humaredas que afectan la salud visual y respiratoria de la población, o directamente incendios que al descontrolarse destruyen la biodiversidad de la zona. Otras tantas, simplemente vuelcan sus desechos orgánicos a la vera del río Calimayo, provocando la contaminación de este curso de agua.
“En época de cosecha, se generan tantas toneladas de orgánicos, que resulta imposible tratarlos si no se cuenta con la tecnología adecuada. Nosotros contratamos un asesoramiento técnico y alquilamos equipos y maquinaria extra para la época de mayor demanda”, comenta Cebe. “Cada camión puede transportar hasta 10 toneladas de residuos, y durante la cosecha, hacemos unos cien viajes mensuales”, grafica.
Más allá de disponer adecuadamente los residuos, la firma Cersein trabaja actualmente en la elaboración de compost (tierra mejorada) y abono, que utilizan las mismas empresas citrícolas o cañeras generadoras de los residuos.
“Si bien la producción de abono y compost no genera ganancias, la financiamos con los ingresos por el transporte de los residuos”, apunta el empresario sub-35.
Plan de forestación
El próximo paso -comenta – es un plan de forestación y la creación de un vivero de plantas nativas. “De esta forma se cerraría el círculo de una verdadera economía circular”, propone.
Cebe fue invitado, desde la federación económica de Tucumán, a participar de las discusiones por una futura Ley de Empresas BIC (beneficio e interés comunitario). El proyecto, que obtuvo media sanción en 2018 en la Cámara de Diputados, perdió estado parlamentario al no ser tratada posteriormente en el recinto de Senadores.
Actualmente se volvió a presentar en el Senado una iniciativa que busca reconocer a aquellas empresas que además de un beneficio económico persiguen un impacto social y ambiental positivo, para en un futuro brindarles incentivos crediticios, impositivos, y priorizarlas en las compras públicas.
Fuente: Econosus