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Asignaturas pendientes para la agroecología en Argentina

“Hay muchos desafíos en materias normativas, legislativas y de acceso a los mercados y a los servicios financieros que limitan su expansión, pero al final la agroecología nos brindará la oportunidad de unir esfuerzos en la construcción de nuevos procesos de relacionamiento social y ambiental, y en el diseño conjunto de una nueva agricultura que reduzca la huella ecológica y promueva sistemas alimentarios eficientes, inclusivos, y sostenibles sin dejar a nadie atrás, tal como lo plantean el Marco Estratégico de la FAO y los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS)», remarcó el representante ad interim de la FAO para Argentina, Tito Efraín Díaz, en el marco del webinario «La Agroecología y el camino recorrido: Herramientas para la formulación de políticas», organizado en conjunto por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (MAGyP).

Y agregó que “la agroecología y los productores y otros actores que la practican se han convertido en un movimiento estratégico que intenta ofrecer un sistema alimentario con un enfoque de derechos y que aplica el conocimiento a la producción de alimentos sanos y saludables, en armonía con el clima, el ambiente, con la salud de las personas y los ecosistemas”. El objetivo principal del evento, al que se conectaron 210 asistentes virtuales, fue dar a conocer los programas de trabajo en agroecología que mantienen el FIDA y la FAO en Argentina, en colaboración con autoridades nacionales y actores locales. Además, se buscó propiciar un debate sobre la construcción de políticas públicas vinculadas a la agroecología en el país.

La apertura estuvo a cargo de Marco Camagni, director País del FIDA para Argentina, quién destacó que “los sistemas agroalimentarios ocupan un lugar destacado en la agenda mundial, aún más en un contexto de pandemia y de incertidumbre como el que estamos viviendo. Con esto no queremos decir que la agroecología sea una cura milagrosa pero sí marcar que trae una gran ventaja: la de no buscar una solución parcial sino la de entender la complejidad del problema”. “El FIDA tiene una trayectoria de cooperación en Argentina de casi 40 años, en cuyo periodo hemos financiado y apoyado proyectos y programas destinados a transformar el medio rural argentino con pequeños productores, jóvenes, mujeres y comunidades indígenas. Las fincas de menos de 2 hectáreas producen más del 30% de la comida mundial, ocupando poco más del 10% de la tierra cultivada. Del mismo modo en Argentina la agricultura familiar tiene un rol central en aportar a un desarrollo territorial más armónico, mejor distribuido y menos concentrado en las grandes ciudades”, agregó Camagni.

A partir de la pandemia la sostenibilidad agroalimentaria adquirió un carácter de urgencia en un país productor de alimentos como Argentina, que en los últimos 20 años perdió 100 mil productores; muchos de ellos se vieron imposibilitados de hacer frente al aumento creciente de los costos de producción. Esto a su vez agravó la migración rural-urbana y la reinserción en otras fuentes de trabajo.

Ante este escenario la agroecología propone soluciones de bajo costo, locales y sostenibles, porque promueve el uso eficiente de los recursos de la propia finca; el reciclaje del agua, los nutrientes, la biomasa y la energía; el aumento de la agrobiodiversidad y la gestión sostenible de los recursos naturales. En el país hay varias experiencias recientes en torno a esta práctica.

-En 2020, la provincia de Buenos Aires lanzó un Programa Provincial de Agroecología como una estrategia para estimular alternativas productivas y económicas, y diversificar la oferta local de alimentos de alta calidad nutricional, la generación de empleo rural genuino y la reducción del impacto ambiental de los sistemas productivos. La FAO acompañó en la implementación de dicho programa a través de la elaboración de un diagnóstico participativo provincial que ayudó a caracterizar los principales sistemas productivos y las oportunidades y los desafíos de transición bajo una mirada de rediseño de paisaje.

-Entre 2018 y 2020 la provincia de Santa Fe implementó un programa de reconversión productiva denominado «Producción sostenible de alimentos en zonas periurbanas», destinado a fortalecer el valor agregado local a través de la agroecología combinada, con mercados de circuitos cortos y ordenamiento territorial sostenible.

Este programa logró avances que se han podido medir. Ejemplo de ello es que, en 2021, en colaboración con la organización InSitu de Santa Fe, se utilizó la Herramienta TAPE (Tool for Agroecology Performance Evaluation), desarrollada por la FAO, la cual permite realizar un diagnóstico de los sistemas enlazando aspectos productivos, sociales, económicos, ambientales, culturales y políticos. La herramienta también se aplicó en el periurbano hortícola de Córdoba.

A su vez la ciudad santafesina de Rosario se convirtió en referencia de producción sostenible de alimentos basada en la producción agroecológica, la cual se extendió al cinturón verde y hoy alcanza a 40 hectáreas distribuidas en 7 Parques Huertas y 8 Huertas Productiva Grupales, además de huertas hospitalarias, escolares y terapéuticas. Incluye a más de 300 huerteros que comercializan de manera directa a los consumidores y producen unas 2.500 toneladas al año de hortalizas. La ciudad incluso fue reconocida internacionalmente con un premio otorgado en junio de 2021 por el Centro Ross de World Resources Institute para Ciudades Sostenibles, en el que recibió 250 mil dólares por su cambio urbano transformador.