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Argentina presidió la 29a Reunión del Grupo de Trabajo del Proceso de Montreal

Nuestro país participó, del 9 al 10 de diciembre, como anfitrión de la 29a Reunión del Grupo de Trabajo del Proceso de Montreal que integra a las 12 naciones que concentran alrededor de 80 % de los bosques templados y boreales del mundo. La representación nacional estuvo encabezada por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, a través de la Dirección Nacional de Desarrollo Foresto Industria y el Programa Forestal Nacional del INTA, junto a la Dirección de Bosques del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación.

«Desde Argentina y como representante del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca vamos a seguir brindando todo nuestro apoyo para realizar este tipo de encuentros y seguir trabajando en pos de la sostenibilidad de los bosques, que además tienen un papel muy importante en la regulación del clima, ayudando a reducir los impactos negativos del Cambio Climático», señaló el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra.

«Es un honor para Argentina organizar este evento y quisiera agradecer especialmente a aquellos que estuvieron ayudando durante el proceso, particularmente al INTA por proveer las herramientas tecnológicas para el encuentro y el apoyo técnico», agregó el Ministro.

El Proceso de Montreal fue creado para la elaboración y monitoreo del manejo forestal sustentable en el año 1995 en Santiago de Chile, y agrupa a los principales países del mundo con bosques templados y boreales, con excepción de los pertenecientes a la Comunidad Europea. Está integrado por representantes de Argentina y 11 países más: Australia, Canadá, Chile, China, Corea del Sur, Estados Unidos de Norteamérica, Japón, México, Nueva Zelanda, Rusia y Uruguay.

El reporte de indicadores de manejo forestal sustentable es un elemento fundamental para el diseño e implementación de políticas sectoriales en el orden social, ambiental y económico de los países miembro, y su actualización periódica permite evaluar retrospectivamente la eficacia de las acciones de avance hacia la sustentabilidad forestal, tanto de los bosques nativos como de los cultivados. En la medida que estos procesos avanzan conjuntamente bajo criterios comunes y son utilizados consistentemente, la política forestal de los países se fortalece y afianza.

Una derivación positiva para nuestro país es la interacción con dirigentes y especialistas de la actividad forestal de países con diferentes regímenes y normas forestales, u otros niveles tecnológicos y científicos. En los 25 años de existencia de este Proceso, que ha sido permanentemente apuntalado por el INTA, la interacción con técnicos, directivos y científicos extranjeros ha sido fluida y constructiva, incrementando las capacidades humanas propias para el conocimiento y la participación de la Argentina en foros internacionales.

La Argentina, desde 2005 ha elaborado dos reportes nacionales basados en los Criterios e Indicadores del Proceso de Montreal, y presentará en la próxima reunión los avances de un nuevo reporte nacional, que será finalizado en breve. En este sentido, Basterra resaltó «el trabajo conjunto de las distintas instituciones en Argentina para terminar el Tercer Informe al Proceso de Montreal».

También estuvieron presentes durante el encuentro, el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Echazarreta, el vicepresidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Tomás Schlichter y el Director Nacional de Desarrollo Foresto Industrial, Daniel Maradei.

Ventajas y desafíos de Argentina en política forestal sostenible

La Argentina tiene una superficie total aproximada de 376 millones hectáreas (279 millones ha en la parte continental y otras 96,4 millones ha de territorio antártico e insular). La gran extensión, especialmente de norte a sur (desde los 21° a los 55° de latitud sur en la parte continental americano), permite la existencia de unas 18 ecorregiones y con ello, una variabilidad de condiciones ambientales que dan origen a una gran biodiversidad.

Estas condiciones naturales óptimas naturales, junto a los recursos humanos, capacidades instaladas y la creciente demanda interna y externa de productos de base forestal, dentro de un contexto de cambio climático, presentan una oportunidad para enfocarse en los bosques argentinos y en el desarrollo de toda la cadena de valor foresto industrial.

En relación a los bosques cultivados, ámbito de injerencia del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, la superficie forestada actual es de aproximadamente 1,4 millones de ha, de acuerdo con los inventarios forestales de la Dirección Nacional de Desarrollo Foresto Industrial. Esta Dirección lleva adelante las políticas nacionales concernientes a los Bosques cultivados y ejecuta la Ley N° 25.080 de inversiones para bosques cultivados. Asimismo, contribuye con el Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático para cumplir con las obligaciones climáticas del Acuerdo de París, a través del aumento de la superficie forestada actual.

Los bosques cultivados están mayormente conformados por especies de rápido crecimiento provenientes de otras zonas geográficas como pinos (Pinus sp), eucaliptos (Eucalyptus sp), álamos (Populus sp) y sauces (Salix sp) con turnos que rondan los 10-25 años en el noreste del país, lugar donde se concentran cerca del 80% de la superficie forestada. También se realizan plantaciones y enriquecimiento del bosque nativo con especies nativas como «algarrobos» (Prosopis sp), «pino Paraná» (Araucaria angustifolia), «cedro nativo» (Cedrela sp), «caña fistula o ibirá-pitá» (Peltophorum dubium), «lenga» (Nothofagus pumilio) con turnos que superan los 25 años.

Argentina tiene ventajas comparativas respecto a otros países, fundamentalmente porque las plantaciones presentan altos crecimientos y una extensa área de tierras aptas para forestar. A ello se suma la disponibilidad de mano de obra, los costos de forestación competitivos, el avance en programas de mejora genética tanto de especies nativas como exóticas y un fuerte componente de investigación forestal estatal (como Universidades, INTA, CONICET), entre otros, reuniendo así las condiciones necesarias para convertirse en un importante país forestal.

Entre los numerosos desafíos en los que se está trabajando se encuentran el traer inversiones de alto valor, avanzar hacia la gestión sostenible a nivel de paisaje orientando la actividad forestal a áreas o regiones que cumplan con criterios de sostenibilidad integral, apoyar a las empresas o emprendimientos que opten por certificaciones ambientales (FSC, CERFOAR- PEFC), difundir prácticas de manejo forestal que impliquen un aumento del carbono acumulado en forestaciones y en el suelo, incorporar medidas para compatibilizar el desarrollo de forestaciones con la conservación de la biodiversidad, entre otros.

Todo esto se realiza en pos de que las plantaciones forestales conformen una fuente de desarrollo para las comunidades locales asociadas, poniendo en valor los bienes y servicios ecosistémicos que proveen a la sociedad.