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Una fuerte sequía e incendios ponen en jaque a la actividad del agro en Chaco y Formosa

La falta de precipitaciones mantiene en vilo a los productores de varias provincias.

A la sequía se le suma la falta de reservas y los incendios, que se llevan miles de hectáreas. Tanto Chaco como Formosa se vieron fuertemente afectadas por contingencia climática, y sus productores aseguran que las consecuencias impactarán fuertemente en la producción.

“La situación que estamos pasando es crítica. Hay gente que está muy mal”, sostiene Gladys Vicentín, vicepresidenta de la Sociedad Rural de Chaco, y cuenta que la sequía daña a toda la provincia chaqueña por igual. “No hay ningún pedacito que te pueda decir que llovió y está bien”, agrega.

Ante la sequía, muchos productores debieron sacar a los animales del campo, debido a que se quedaron sin pasto y las reservas de agua se secaron. “Hay pozos y perforaciones, pero por la escasez de lluvias, las napas de agua bajaron”, precisa la dirigente, quien resalta que en esta época del año no es normal una sequía tan grande. Aunque afirma que aún no hay mortandad de animales, sí hay pérdidas. “Tanto la ganadería como la agricultura están perjudicadas con todo esto”, añade y explica que aún no es posible sembrar, ya que falta humedad.

La falta de precipitaciones afecta a todas las actividades. Incluso, hay áreas donde la situación se volvió aún más dramática. Vicentín aclara que en diciembre fue la última vez que llovió en el sudoeste de la provincia, donde tiene un campo. “Encima no fueron lluvias grandes, así que ahora está todo seco”, puntualiza.

Debido a las actuales circunstancias, desde la Sociedad Rural de Chaco le presentaron a mediados de julio una carta al subsecretario de Ganadería de la provincia pidiendo que se declare emergencia agropecuaria en la provincia.

Una situación similar vive Formosa, donde la provincia está en emergencia hídrica por falta de agua. “Lo que pasa en Formosa es más grave que en Chaco, porque ellos ahora empezaron con las sequías, nosotros venimos sin agua desde febrero prácticamente”, sostiene Roberto Consolani, vocal de la mesa ejecutiva de CRA (Confederaciones Rurales Argentinas) e integrante de la Asociaciones Rurales de Chaco y Formosa (CHAFOR).

El productor asevera que como consecuencia del arrastre de la sequía, que lleva más de medio año, no fue posible realizar las previsiones para el pastoreo de invierno. “La sequía se fue acentuando y en marzo mi campo parecía como si estuviera en julio o agosto, por el pasto marrón”, reflexiona.

  • Fuente: Edición Rural