Recuperan tanques de palma para reemplazar plástico
En varias regiones áridas de Marruecos, las comunidades están volviendo a una técnica tradicional para almacenar agua sin polímero.
Se trata de tanques tejidos con hojas de palma doum y sellados con pulpa de cactus. Son resistentes, transpirables, biodegradables y, sobre todo, fabricados con materiales locales.
Cómo están hechos: palma para la estructura, cactus para sellar
Los tanques combinan dos recursos abundantes en el desierto marroquí:
- Hojas de palma (doum) que se trenzan para crear la estructura rígida.
- Pulpa de cactus que se utiliza como sellador natural para lograr la impermeabilidad.
- No contienen componentes sintéticos, no dependen de industrias externas y pueden repararse localmente.
En zonas donde las temperaturas superan los 40 °C, estos tanques elaborados con palma y cactus ofrecen ventajas decisivas frente a los recipientes plásticos tradicionales. Al ser materiales porosos y de origen natural, permiten que el agua “respire” y se mantenga a una temperatura más estable incluso en climas extremos.
Por un lado, se entierran parcialmente o se ubican bajo sombra, lo que disminuye la exposición solar directa y conserva el agua fresca durante más tiempo. Además, su transpiración natural evita el sobrecalentamiento interno, un problema frecuente en los contenedores plásticos, que suelen convertir el agua en un líquido caliente e inutilizable durante el día.
Otra ventaja importante es que estos tanques reducen la formación de olores, ya que no generan el ambiente hermético que sí aparece en los recipientes sintéticos. Esto los hace más higiénicos y más confortables para el uso cotidiano.
En la práctica, funcionan especialmente bien para almacenar agua de lluvia o agua de pozo destinada al uso doméstico, como limpieza, higiene o riego. En comunidades rurales donde la infraestructura es limitada, esta combinación de resistencia, frescura y accesibilidad los convierte en una alternativa valiosa y sostenible.
Aunque no reemplazan los sistemas urbanos de abastecimiento, en comunidades rurales estos tanques resultan de bajo costo, reparables, producidos con materiales disponibles localmente, más sostenibles que los contenedores plásticos o metálicos, que no siempre son accesibles.
La técnica combina oficios tradicionales con necesidades modernas: menos plástico, mayor durabilidad y autonomía local.

