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De los compromisos a la acción: claves de la COP30 y los desafíos de 2025 frente al cambio climático

  • Las contribuciones de los países, el financiamiento y la consulta a comunidades y pueblos indígenas serán centrales para el avance de la implementación de acciones, de acuerdo con especialistas.
  • El financiamiento es el punto crítico que ha frenado las negociaciones en la COP30, así como la adopción de indicadores para medir el progreso de los países en sus metas.
  • Pese a la ausencia de Estados Unidos en las negociaciones y el Acuerdo de París, la mayoría de los países participa en la cumbre.
  • Brasil y los líderes latinoamericanos también tendrán el reto de facilitar negociaciones que beneficien a sus poblaciones, las cuales son de las más vulnerables al cambio climático.

Pasar del compromiso a la acción es uno de los retos más complejos para adaptarse y mitigar los efectos del cambio climático. Este también es uno de los objetivos de la Conferencia anual de Naciones Unidas para el cambio climático, COP30, que vive ya su segunda semana en la ciudad de Belém, en Brasil, donde se definirán aspectos clave para la política global en este tema.

Durante los primeros días de la cumbre climática, tres temas centrales no se incluyeron en la agenda de trabajo de los países reunidos: la implementación de acciones de mitigación, el financiamiento y la transición energética justa. Sin embargo se hicieron consultas al respecto a la Presidencia de la COP para ver la forma de incorporar estos temas a los acuerdos y que no queden relegados.

Brasil, que preside la COP30, considera que hay “un alto grado” de coincidencia entre los países y que eso puede ayudar a superar las diferencias. Como país anfitrión, hizo un resumen de los puntos que les han enviado los países que piden discutir estos temas y ha sostenido que en esta cumbre busca “reforzar el multilateralismo”, conectar la acción climática con la vida real de las personas y acelerar la implementación del Acuerdo de París.

Brasil todavía ve posibilidades de que estos tres temas puedan abordarse en lo que queda de las negociaciones, por el nivel de coincidencia que hay entre los países.

Las claves que deberán atender los países en estos días para que, efectivamente, esta sea la COP de la implementación climática.

El presidente de la COP30 André Corrêa do Lago
Especialistas y observadores de la negociación climática explican las claves que deberán atender los países en lo que queda de la cumbre climática. Foto: cortesía UNclimatechange

Nuevas normas, nuevas metas

Las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC) —normas adoptadas por cada país para combatir el cambio climático— son clave en la implementación de la acción climática porque reflejan la ambición de las naciones por atender las necesidades ambientales que actualmente tiene el planeta y que afectan a millones de personas.

Para Estefanía González, directora de programas de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), hay malas y buenas noticias en este tema.

Por un lado, señala que estas NDC aún no son suficientes para alcanzar el objetivo del Acuerdo de París, que firmaron los países en diciembre de 2015: mantener la temperatura del planeta debajo de los 1.5 grados centígrados, respecto a la era preindustrial. Sin embargo, González señala que las normas de los países plantean metas más ambiciosas.

“El 89 % de las partes incluyen metas de alcance económico general y la mayoría va vinculando sus NDC con estrategias de neutralidad neta a largo plazo. Estas estrategias suelen fijar objetivos entre los años 2040 y 2060”, señala la especialista.

González destaca la evaluación que hizo la Secretaría de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) sobre los planes de los países para reducir sus emisiones y el progreso hacia los objetivos del Acuerdo de París, que en 2025 cumple 10 años.

El 88 % de estas NDC utilizaron la información del balance mundial que se hizo en 2023 en la COP de Dubai, entonces este tipo de espacios sirven porque están orientando la política pública de los países”.

Letrero de países participantes de la cumbre climática
El financiamiento será clave para establecer criterios que midan la adaptación y mitigación a la crisis climática. Foto: cortesía UNclimatechange

El financiamiento frena los acuerdos

La adaptación de los países para enfrentar el cambio climático también ha sido un tema central dentro de las negociaciones de la COP30, en las que se debaten qué indicadores globales se tomarán para medir el progreso de los países frente a la consecuencias de la crisis. Este es considerado uno de los temas más urgentes, pues los fenómenos climáticos extremos, como inundaciones, incendios y huracanes, ocurren con mayor frecuencia e impacto.

Sin embargo, precisa González, este debate debe ir conectado con recursos financieros que permitan establecer medidas de adaptación: cómo los países se preparan para enfrentar esos fenómenos extremos climáticos y sus consecuencias.

“Tenemos una gran deuda pendiente porque necesitamos que ese financiamiento no solamente se movilice del mundo desarrollado al mundo en desarrollo, sino que no genere deuda y que venga de fondos públicos de los países desarrollados”, enfatiza la especialista.

Este elemento ha hecho que las negociaciones en la cumbre climática se hayan estancado, por lo que un aspecto importante para avanzar en financiamiento justo es poner en el centro de la discusión a las comunidades y poblaciones más vulnerables a los efectos de la crisis climática.

Incluso, un reto en las negociaciones será encontrar mecanismos que otorguen este financiamiento de manera directa a las comunidades, una demanda que han reiterado, por ejemplo, representantes de pueblos indígenas en esta edición de la COP.

“Cada vez que Europa o un país del norte global pone un dólar hacia un país en desarrollo, por ejemplo, para la protección de los bosques o para mitigación al cambio climático, no le está haciendo un favor a ese país. Está invirtiendo en la salud de sus propias ciudadanas y ciudadanos que viven la crisis climática en carne propia”, sostiene González.

Representantes de pueblos indígenas en la COP
Pueblos amazónicos han exigido participar en la mesas de negociación de la COP30. Foto: cortesía UNclimatechange

La ausencia de Estados Unidos y la oportunidad de otros países

Estados Unidos es considerado el segundo país con mayores emisiones de contaminantes en el mundo, después de China, y, por segunda ocasión, abandonó el Acuerdo de París en la nueva administración de Donald Trump. Además, el país operó para frenar un acuerdo global para reducir emisiones contaminantes de los grandes barcos y no envió a ninguna delegación a la COP30.

Para Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y Desarrollo Sostenible (FCDS), estas acciones no solo pesan en la adaptación y mitigación a la crisis climática, sino que influye en las metas y ambiciones de otros países.

Los demás países también revisan y cambian todo en función de la desaparición de unas metas y contribuciones que van a tener un efecto enorme.

Los pilares para la implementación de acciones la participación del sector privado son los recursos financiados por los gobiernos a los países más vulnerables y la actualización de las metas de los NDC.

El financiamiento como un punto crítico no solo por los fondos que deban destinarse, sino por las reglas que se deban acordar para gastar ese dinero.

“Será la flexibilidad de los países para aceptar y adoptar que haya fondos en los cuales cada gobierno vaya a decidir sus líneas de implementación y sus formas de ejecución y en donde se perdería algún nivel de cogobernanza”, sostiene.

Sin embargo, González destaca que la gran mayoría de los países está en la COP30 y está participando en las negociaciones, pese a la salida de Estados Unidos del acuerdo, lo que considera una muestra de que el multilateralismo funciona en estos espacios.

Durante la primera administración de Trump, entre 2017 y 2021, EEUU también se retiró de las negociaciones y los compromisos a nivel global siguieron avanzando.

Los países están presentando nuevas NDC, eso también entrega una oportunidad para otras potencias para que asuman el liderazgo: la Unión Europea, China, que le va a tocar poner esa milla extra en un contexto geopolítico, donde la crisis climática no se reduce a lo ambiental, sino que afecta los sistemas sociales y económicos.

Donald Trump, presidente de Estados Unidos
El regreso de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos implicó la salida del país del Acuerdo de París y su ausencia en la COP30. Foto: Gobierno Estados Unidos

Brasil y Latinoamérica, obligados a actuar

El liderazgo de América Latina tienen un doble desafío en las negociaciones dentro de la COP30, así como en la implementación a nivel local para que las políticas públicas se reflejen en los territorios latinos, cuyas poblaciones son altamente vulnerables a la crisis climática.

Para que esta COP latinoamericana marque una nueva era en la acción climática, necesitamos el protagonismo real de quienes contribuyen con soluciones. Estamos hablando de los pueblos indígenas, de las comunidades locales, de las juventudes, de los movimientos sociales, que tienen que estar en el corazón de las negociaciones y acuerdos.

Como ejemplo de estas prácticas, señala las recientes opiniones consultivas de la Corte Internacional de Justicia y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que le señalaron a los Estados sus obligaciones en materia de acción climática y su vinculación con los derechos humanos. Eso se construyó escuchando a las comunidades indígenas, a las comunidades locales y toda la experiencia y conocimiento que tenían para apostar.

Protesta indígena frente a la COP30
Las protestas indígenas han marcado la COP30 en Belém, Brasil. Foto: cortesía UNclimatechange

Brasil , uno de los grandes emisores de dióxido de carbono [CO2] por la deforestación y ha demostrado que es posible reducirla, porque en los últimos tres años la deforestación se ha reducido más del 50%.

También considera que Brasil ha logrado consolidar un cuerpo de diplomacia completo que cuenta con la confianza de la comunidad internacional, lo que abre espacio al diálogo, pese a los retos a nivel global.

No es un momento fácil en el mundo para avanzar en el debate climático, pero creo que Brasil juega un papel importante en facilitar las discusiones difíciles. Estoy optimista de que se tomarán decisiones importantes que se convertirán en resultados importantes de la COP30.

En medio de narrativas de desinformación y de negación de la crisis y acción climática, González señala que sin las acciones en espacios como la COP, la situación del planeta sería mucho más crítica.