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El sector renovable español sufre un estancamiento pese a generar el 56,8% de la electricidad

El sector renovable español experimenta un claro estancamiento en 2024, con una caída del empleo y su menor contribución al PIB desde 2020, a pesar de batir récords de generación.

Los vertidos renovables superaron el 8% y los precios bajos del mercado lastran los ingresos, mientras el consumo de combustibles fósiles crece un 5%

La transición energética española se encuentra en una encrucijada. Según el «Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España 2024», presentado por APPA Renovables, el sector atraviesa un preocupante estancamiento. Aunque las renovables generaron más electricidad que nunca, una combinación de factores frena su impacto económico. Este freno no solo afecta a la generación de energía, sino que también ralentiza la descarbonización de sectores clave como el transporte. 

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El año 2024 debería haber sido de celebración. Las energías renovables alcanzaron un hito histórico al cubrir el 56,8% de la demanda eléctrica española, con 149 TWh generados. Sin embargo, este dato positivo oculta una realidad menos halagüeña. 

El sector encadena dos años de contracción en empleo, con 126.574 trabajadores en 2024, y su contribución al PIB cayó al 0,95% (15.057 millones de euros), la más baja desde 2020. La paradoja se explica por dos factores clave: 

  • Caída de los precios del mercado eléctrico: El precio medio del pool se situó en 63,03 €/MWh, muy lejos de los 167,52 €/MWh de 2022. 
  • Aumento exponencial de los vertidos: La energía renovable no utilizada o restringida por la red superó el 8% en 2024. Esta cifra se ha duplicado en los primeros meses de 2025, rozando el 17% debido a la «operación reforzada» del sistema. 

En otras palabras, se produce mucha energía limpia, pero a un precio bajo y, en muchos casos, ni siquiera puede ser inyectada a la red. 

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El enorme coste de los vertidos renovables

El término «vertido» se refiere a la energía renovable que se pierde, ya sea por falta de demanda o por limitaciones de la red. Este es, quizás, el problema más grave que identifica el estudio. 

Santiago Gómez Ramos, Presidente de APPA Renovables, fue contundente: 

«Si no impulsamos la electrificación, desplegamos el almacenamiento, promovemos la gestión activa de la demanda y reforzamos las redes y las interconexiones, seguiremos perdiendo la energía de nuestro sol, nuestro viento y nuestra agua».

Los vertidos no son solo un desperdicio, sino una señal de un sistema que no está preparado para gestionar una producción tan abundante e intermitente. Mientras esto ocurre, el consumo de combustibles fósiles creció un 5% en 2024, recuperando niveles previos a la pandemia. 

Las renovables más allá la electricidad: un panorama mixto

El enfoque suele estar en la electricidad, pero la transición energética requiere avanzar en todos los frentes. Aquí, el panorama es desigual: 

  • Biocarburantes: Su cuota energética cayó al 6,5%, lejos del objetivo obligatorio del 11% para 2024. 
  • Renovables térmicas: Solo crecieron un 3,7%, un ritmo claramente insuficiente para cumplir con los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). 

Este estancamiento en los usos térmicos y del transporte ralentiza la independencia energética y la descarbonización global de la economía. La electrificación de la demanda se postula como una solución esencial para absorber el exceso de generación renovable. 

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Soluciones urgentes para desbloquear el sector

Frente a este estancamiento, el estudio y los expertos de APPA Renovables plantean una hoja de ruta clara con medidas prioritarias: 

  • Acelerar la electrificación de la demanda: Es fundamental conectar nuevos consumidores, como el parque de vehículos eléctricos, a la red limpia.
  • Incorporar almacenamiento masivo: Acoplar baterías a las plantas solares existentes es crucial para guardar el exceso de producción y usarlo cuando se necesite.
  • Impulsar la repotenciación eólica: Renovar los parques eólicos más antiguos por turbinas más modernas y eficientes.
  • Apoyar la biomasa eléctrica: Esta tecnología proporciona energía firme y síncrona, estabilizando la red como lo hacen las centrales de gas.
  • Desarrollar bombeos hidráulicos: Debe ser una Política de Estado para contar con grandes sistemas de almacenamiento.
  • Crear un marco regulatorio para el biometano: Es urgente para descarbonizar el sistema gasista y aprovechar el potencial nacional.

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Conclusión: Un momento decisivo

El informe de APPA Renovables deja una conclusión clara: España se encuentra en una encrucijada crítica. El estancamiento del sector renovable no es una mera anécdota, sino un síntoma de un desajuste profundo en el sistema energético. La capacidad de generación limpia ha crecido, pero la falta de una demanda electrificada a la altura, unas redes inflexibles y la carencia de soluciones de almacenamiento masivo lastran su potencial. 

Superar este estancamiento requiere trascender el debate sobre la potencia instalada y abordar con urgencia la arquitectura completa del sistema. La transición energética no puede avanzar solo a golpe de megavatio instalado; necesita un ecosistema robusto, inteligente y flexible que evite que el sol y el viento se pierdan por un vertedero virtual. El futuro de la descarbonización en España depende de ello.