Producción y exportación de cebollas en Valle Medio: un modelo productivo de desarrollo sustentable es posible
Pese a los imponderables del mercado y la economía local, y a los vaivenes de los mercados internacionales, la producción de cebollas se abre paso en Valle Medio de la mano de asociaciones estratégicas que buscan fortalecer lazos productivos y comerciales.
Hay un grupo de productores que trabajan en este sentido, acompañados por un lema que muestra la esencia del grupo y la idea rectora que los guía: “Ninguno de nosotros es tan bueno como todos juntos»
Ese “todos juntos” involucra hoy, nuevamente, a Diego Gordon productor de Valle Medio; a Gerardo Sensini y sus tres hermanos, una familia productora de cebollas, ajos, cereales, pasturas y ganadería de Hilario Ascasubi; y también a Tomás Navarro, de raíces productivas y con experiencia en diversos cultivos en varias regiones del país.

Todos de perfil productivo y comercial, con desarrollo en diversos mercados internos y externos, que en la complementación y el trabajo conjunto encontraron mayor potencial, robustez y sustentabilidad. Todo sobre la base de buenos valores, espíritu cooperativo, humanidad, amor por la tierra, respeto por el agua y los recursos naturales, y sobre todo una fuerte impronta de innovación y superación permanente.
Para hacer esto posible, a ellos se suma un gran número de personas, de múltiples capacidades que con compromiso, esfuerzo, dedicación, determinación y ganas de superarse, trabajan silenciosamente dándole forma a un desarrollo productivo y comercial que crece y se fortalece a partir de la complementación, la cooperación, la confianza, la generosidad, la calidad integral de procesos y productos, la diversificación y las prácticas sustentables.
Diversificación productiva, el camino hacia la sustentabilidad
“Hace más de 60 años mi padre y mi abuelo conocieron casualmente este lugar, y cuando vieron el majestuoso y caudaloso Rio Negro, una gran arteria de agua dulce de calidad, visualizaron claramente su potencial productivo y sin dudarlo decidieron ser protagonistas y, a partir de ese momento, nace la historia productiva de nuestra familia en Choele Choel. Los primeros años estuvieron impregnados de nuevos desafíos y del desconocimiento del lugar; el aprendizaje y la adaptación al medio fueron el primer paso, donde la primera experiencia fue atravesar una importante sequía, prolongada y desoladora, que dejó una huella grabada a fuego: tener siempre presentes que esta zona es un desierto con agua. Esto hizo que la primera actividad que desarrollaron, la ganadería extensiva en la meseta, dejara una nutrida experiencia contribuyendo a sentar las bases de un modelo de desarrollo integral y complementario entre la meseta y el valle».

«Desde esos días hasta la actualidad, la observación, la innovación, la búsqueda de nuevas producciones y variedades, la adaptación e incorporación de nuevas tecnologías, y el espíritu asociativo, forman parte de nuestro ADN. Hoy después de muchos años, conjuntamente con mi padre, mi hermano, Jorge y valiosas personas que forman parte del equipo, desarrollamos la actividad ganadera de manera integral, en todo su ciclo: cría, recría y engorde, y la complementamos con la producción de diversos alimentos buscando ser más eficientes y generar valor agregado”, comenta Diego Gordon a Río Negro Rural, de recorrida en el establecimiento La Media Luna, ubicado a la vera norte del Río Negro en cercanías de Choele Choel.
“Cuando vas hacia la diversificación productiva y empezás a imaginar y buscar cuáles son las producciones que mejor se complementan, no solo desde lo agronómico, sino también desde lo operativo y comercial, las dudas se hacen presentes. Esto ocurre porque en nuestros valles productivos desarrollados, o en nuevas áreas por desarrollar, hay un enorme potencial de producción, no solo en calidad y cantidad, sino también en diversidad de especies y productos; se puede producir prácticamente todo. Esto lo propician las condiciones agroclimáticas caracterizadas entre otras cosas por la amplitud térmica y la heliofanía, y la disponibilidad de tierra con agua de calidad».

«Nos llevó muchos años de pruebas y errores poder darle forma a nuestro esquema productivo, que de manera permanente busca adaptarse a los cambios y ser cada vez más eficiente en todas sus aristas, siempre dispuestos a ser disruptivos y creativos. Definimos que debíamos construir una Matriz Productiva Diversificada, Integral y Sustentable, que sea capaz de adaptarse a los cambios y a los nuevos paradigmas que se presenten. Actualmente el esquema se basa en la producción ganadera de ciclo completo; cultivos de alfalfa como fuente de proteína, y de granos de cebada y maíz como fuente de energía; cultivo de cebollas hibridas para consumo, en todos sus colores y calibres, con la incorporación de valor agregado en galpón de empaque con destino al mercado interno y externo; cultivo de bulbos de cebolla con destino a semillas empresa BEJO; y el cultivo de nogales de variedades Chandler y Franquette donde también realizamos el proceso empaque con destino al mercado interno y externo”, explica el productor.
«Nos llevó muchos años de pruebas y errores poder darle forma a nuestro esquema productivo, que de manera permanente busca adaptarse a los cambios y ser cada vez más eficiente en todas sus aristas, siempre dispuestos a ser disruptivos y creativos».Diego Gordon, productor de Valle Medio.
“A partir de la implementación de este esquema, hacemos una rotación de 7 años que es muy saludable para el suelo: 4 años de alfalfa, 1 año de cebada o maíz, y 2 años de horticultura. Lo hacemos porque creemos que es vital cuidar el recurso suelo generando así las condiciones necesarias para que se siga desarrollando su biodiversidad y mejorando su estructura, y sobre todo porque queremos dejar al menos en el mismo estado de conservación, los recursos que recibimos, para que futuras generaciones puedan continuar desarrollándolo con las mismas posibilidades tuvimos que nosotros”, dice el productor.
Tomate Patagonia, una experiencia enriquecedora en todo sentido
“Durante el proceso de búsqueda de este modelo, desde el año 2008 al 2016, también bajo la filosofía de trabajo conjunto, fuimos parte de la génesis de Tomate Patagonia, una valiosa y rica experiencia que desarrollamos conjuntamente con ARCOR/La Campagnola, la asociación de productores, el Gobierno Municipal y Provincial, el INTA, diversas entidades financieras, y más de 30 empresas que formaban parte de la cadena de valor. Fue una experiencia que nos enseño mucho a todos los productores, y sobre todo nos permitió aprender a producir además de Tomate Industria, más de 40 hortalizas diferentes, pudiendo alcanzar altos estándares productivos en cantidad y calidad, todo mediante la incorporación del riego por goteo», explicó Gordon.

«En relación con el cultivo de tomate para industria, pudimos triplicar los rendimientos promedio por hectárea de la región, y así hacerla sustentable. A partir de ese momento comprendimos que no se trata de producir más hectáreas, sino de producir más kilos de calidad por metro cuadrado. En ese período incorporamos el riego por goteo en el total de la superficie del campo, complementándolo con el riego por gravedad en la zona del valle, y el riego por pívot en la zona de pre-barda. De esta manera en nuestra rotación actual, los cultivos de alfalfa, maíz y cebada los producimos por gravedad y/o aspersión, y las hortalizas por goteo, permitiéndonos ser más productivos y eficientes. De esta experiencia compartida nació un programa de trabajo conjunto con La Cooperativa Obrera, que ya lleva 15 años y que con el paso el tiempo se fue consolidando y fidelizando”, comenta Gordon.
Un cultivo muy particular, donde la unión hace la fuerza, genera la diferencia y la viabilidad
Hoy el grupo cebollero tiene como objetivo central seguir consolidando el trabajo conjunto que vienen desarrollando sin prisa pero sin pausa desde hace 8 años.

“Trabajar juntos y volvernos a elegirnos cada año es algo que nos hace cada vez más sólidos. Tener la madurez de plantear nuestras diferencias, abordarlas con empatía y llegar a acuerdos es una práctica que nos planteamos y ejercemos desde el primer día. Seguimos unificando criterios y los adecuamos a cada esquema productivo, ya que es muy importante poder estandarizar los procesos y las calidades, para que el producto sea el mismo independientemente de cuál sea el origen. Todos los años compartimos viajes a diferentes países, asistimos a ferias internacionales, visitamos clientes, y también a productores y empacadores para conocer otras experiencias, intercambiar conocimientos y seguir aprendiendo».
«La incorporación de nuevas variedades mediante la realización de ensayos conjuntos con las semilleras, como así también de nuevos paquetes tecnológicos es una práctica que desarrollamos en cada temporada. En materia de rendimientos productivos en cebollas la mayoría de las variedades producidas con riego por goteo alcanzan rendimientos promedios comerciales superiores a las 80 tn/ha”, comentó el productor.
«Trabajar juntos y volvernos a elegirnos cada año es algo que nos hace cada vez más sólidos».Diego Gordon, productor de Valle Medio.
“Respecto de la comercialización desde hace varios años decidimos comenzar a desarrollar mercados no convencionales, ya que la matriz comercial de cebollas de la región, se compone esencialmente del mercado interno y de la exportación a Brasil. En la actualidad y dependiendo de las condiciones del año comercializamos cebollas, principalmente híbridas, de diversos colores y calibres a mercados más exigentes como lo son: del Norte de Europa: países Nórdicos, Reino Unido e Irlanda; del Centro de Europa: Alemania y Países Bajos; y del Sur de Europa: España e Italia. También nuestros productos llegan a Canadá, EEUU y próximamente países del Caribe».

«Esto es un camino que lleva mucho tiempo de fidelización y construcción de confianza, siempre bajo la premisa de cuidar la calidad en origen, cumplir los programas pactados mirando el largo plazo y no la inmediatez. Hubo años en que comercializamos a valores menos convenientes, pero siempre priorizamos la construcción de este camino basado en el cumplimiento de los acuerdos”, comento Gordon.
“Desde hace ya algunos años en cada galpón de empaque, ubicados en Choele Choel e Hilario Ascasubi se van incorporando nuevos productores que ven en este modelo de desarrollo una oportunidad para comercializar su producción de manera más previsible. Las puertas siempre están abiertas para seguir sumando más productores, que compartan buenos valores, espíritu colaborativo y ganas de crecer y trabajar en conjunto, poniendo siempre como estandarte la calidad, para así poder canalizar más volumen de producción regional. Para llevar a cabo este proceso en ambas infraestructuras se están implementando importantes mejoras y ampliaciones estructurales para aumentar significativamente las capacidades de trabajo».

«Sin dudas esto contribuye a propiciar más desarrollo local, ya que estos esquemas son usinas de desarrollo que demandan muchos recursos humanos que consecuentemente dinamizan la economía regional. Además nos permitirá tener más participación en los diferentes mercados del mundo, y poder posicionarnos como referentes confiables de cebollas de alta calidad del hemisferio sur, al igual que Chile, Nueva Zelanda y Tasmania”, agregó el produc
“En estos procesos de desarrollo es importante poner en valor la articulación publico-privada, porque desde la sinergia que genera el trabajo conjunto, permiten entre otras cosas visibilizar situaciones, implementar acciones y mecanismos que contribuyan a impulsar y potenciar la actividad generando nuevos horizontes. Propiciar conjuntamente la puesta en valor de los recursos e infraestructuras, como podría ser la de embarcar por el puerto de SAO, generando así ventajas comparativas y competitivas, permitirán un mejor desempeño, facilitando procesos para contribuir al desarrollo sustentable de la actividad”, finalizo Gordon.