Convierten la energía negra en alimento
Mientras el mundo celebra el gran crecimiento de las energías renovables, todo parece avanzar hacia esta dirección. Sin embargo, esta energía con muy mala prensa permanece vigente. No sólo eso, en este momento se están mejorando los procesos para la extracción de petróleo y gas, para aprovechar el potencial de los yacimientos en todo el mundo. Pero a esto se suma otro fenómeno llamativo que está ocurriendo en Argentina. Aseguran que en estos lugares están transformando la energía negra de una manera novedosa. Se trata de en un poderoso alimento.
La energía negra no está muerta
En principio, los numerosos impactos negativos de esta energía apuntan a un futuro más que oscuro. El posible daño ambiental, con contaminación del aire, agua y el daño social parecen llevar a un camino sin salida. En este contexto, el boom de las renovables trajo un aire refrescante como una de las principales alternativas. El desarrollo de las energías renovables demostró que es posible producir energía de manera eficaz y respetuosa con el planeta.
Pero la escasez de recursos energéticos no da tregua. En un momento histórico que se caracteriza por sus niveles cada vez más elevados de consumo, la energía producida resulta insuficiente. Con esto, la explotación de hidrocarburos continúa siendo fundamental. Su papel en la economía a nivel global continua intacto dado que representa una fuente de poderosa energía para el transporte, la industria y otras áreas. Pero esto resulta increíble.
En nuestro país se está aprovechando también la energía negra de otra manera novedosa. Se la está utilizando como materia prima para producir una serie de productos esenciales. Estos a su vez, sirven como insumos centrales que alimentan múltiples cadenas de valor industriales importantísimas en nuestra vida cotidiana. Desde la industria farmacéutica, la textil hasta los plásticos. Se trata de una utilización especialmente estratégica y ya está sucediendo.
Un desarrollo clave para la matriz energética nacional
Medicamentos, vacunas, cosméticos, fertilizantes, solventes. También la base para la elaboración de telas, fibras y textiles, plásticos como el polietileno y el PVC y combustibles. Todo esto es posible gracias a la utilización del valioso petróleo como materia prima, a pesar de lo que dicen. Pero ¿Cómo funciona? A partir de la increíble transformación del petróleo y del procesamiento del gas natural en compuestos químicos industriales. La llamada energía petroquímica.
De esta manera es posible obtener compuestos esenciales. Se tratan de materiales base que se utilizan en múltiples productos. Por ejemplo el propileno, metanol, etileno o el amoníaco, entre otros. En este sentido, el desarrollo de este tipo de energía resulta clave para la matriz energética a nivel nacional. Dado que asegura el abastecimiento de todo el sistema productivo de nuestra industria moderna con insumos claves.
En este marco, hay una compañía líder que toma un lugar más que protagónico y que va a la cabeza en materia de desarrollo tecnológico. No sólo se ocupa de la extracción de materias primas necesarias, sino que incluye una integración vertical con la producción final de derivados químicos. Se trata de YPF Energía que trabaja comprometida con brindar una provisión constante y segura.
Hacia un enfoque integral
Esta conversión de energía negra fundamental para tantas industrias viene ocurriendo en Argentina alcanzando una gran experiencia. Los lugares donde ocurre la magia son Ensenada, Bahía Blanca y Luján de Cuyo, donde funcionan las empresas líderes. Estos representan los llamados polos industriales. Allí logran convertir la energía negra en un potente alimento para la industria argentina.
Sin dudas la energía petroquímica representa uno de los principales impulsores del desarrollo energético e industrial argentino. Sin embargo no es el único. Argentina viene avanzando con paso firme hacia una diversificación de energías, incluyendo la solar, la eólica o la nuclear. Además, apuesta a un futuro con un enfoque integral que permita avanzar con una transición hacia una matriz más sostenible. La inclusión de renovables, la optimización de las plantas o la reducción de la huella de carbono tomaron acciones concretas de la mano de YPF en el último tiempo. Y no son las únicas. Será cuestión de seguir el ejemplo.